En Arene, punto neurálgico de la logística imperial, ya solo quedan soldados enemigos listos para ser exterminados. Los miembros del batallón 203 se ven obligados a hacer el trabajo sucio y ejecutar las despiadadas órdenes que les han dado. Como si del mismísimo infierno se tratase, el Protocolo del Diablo envuelve la ciudad en llamas y se cobra un sinnúmero de víctimas entre los invasores republicanos. Sin embargo, otro enemigo está operando subrepticiamente con el propósito de dañar la imagen del Imperio y convertirlo en el enemigo número uno mundial. Mientras, el gran estratega imperial Hans von Zettour decide recurrir a una táctica militar digna de las empleadas por el cartaginés Aníbal durante las guerras púnicas.